Y prueba es este avance en la participación de las renovables en nuestro mix energético lo vemos en los balances mensuales y anuales de REE.
Sin ir más lejos, en el balance de generación correspondiente al mes de abril nos muestra que la aportación de la tecnología solar (FV y Termosolar) ya suponen el 4,2% de la energía eléctrica consumida durante ese mes. Y todo ello unido al 16,9% de la eólica y a las otras renovables, alcanzando un total del 39,9% de la energía eléctrica generada.
Resulta llamativo que, mientras algunos siguen defendiendo la energía nuclear como ejemplo de energía autóctona cuando realmente desde la tecnología de dichas centrales hasta el propio combustible es foráneo (las centrales térmicas de gas también generan en España y no son por ello energías autóctonas), la termosolar no solo aprovecha el sol que llega a nuestra superficie sino que además, el 80% de los elementos que conforman una central termosolar son tecnología española o fabricadas en nuestro territorio.
Sirva como artículo de referencia el publicado por la asociación empresarial Protermosolar.
Así pues, cuando vayamos a evaluar qué fuente de energía resulta más interesante para nuestro país, pensemos que, por encima de los costes actuales de generación, hay que repercutir otros factores que van más allá de la simple amortización de la central + beneficios. Me refiero a lo que supone para el país tener INDEPENDENCIA energética, estabilidad en los precios, reducción en las inversiones y adquisiciones de derechos de emisión,... Tal vez hoy tengamos una electricidad más cara que en nuestro entorno, pero no olvidemos que estamos recorriendo un camino que nos permitirá recoger los frutos de estas inversiones en renovables. (de hecho ya estamos recogiendo parte gracias a las varias empresas españolas que están montando centrales solares y eólicas por medio mundo como Abengoa, Montealto o Iberdrola).
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